Formato

25 noviembre 2008

Eva Perroni




23 noviembre 2008

Parábola

Noviembre 2008

Labriega: Mimi Guyer/ Espantapájaros: Sebastián Magariños/ Monja: Mimi Guyer

Realización: Canopus producciones

22 noviembre 2008

Ana Inés Santero


Elena Téliz


Daniel "Sordo" Machín


Nicolás Batalla


Tatiana Magariños


Virginia Chappe


El Día

Por motivos debidamente meditados, se han obviado la mayoría de las marcaciones escénicas, dramáticas, etcétera prescindibles. La puesta en escena fue imaginada en primera instancia con un coro encargado exclusivamente de la musicalizaciòn, así como también oficiando de escenografìa cuando el caso lo requiriera. De todos modos no es este el momento para tales detalles y queda todo a entera interpretación de quien oficie de Director (llegado el caso).
Que disfruten de su Día
Los escribientes



Personajes:

Prisionero....
Mujer Barbuda...
Cuento de Hadas...
Payaso Esquizofrénico...
Burocratólica...
Mafioso del Peluche…



ESCENA I

Se abre el telón. Luces apagadas.
De golpe y oscuridad mediante empieza a escucharse la más alegre de las tonadas circenses. A medida que se van alcanzando puntos clímax se van agregando sonidos que permiten conquistar nuevos estadios de exaltación, cuando parece que ésta no puede ser mayor simultáneamente se callan y se enciende la luz. Ésta es amarilla y “húmeda”, casi oscura si pudiera decirse.
En el centro del escenario un payaso harapiento y afiebrado extiende los brazos hacia el público en señal de bienvenida. Su risa está enferma y vieja, su cuerpo deja al descubierto un tímido temblequeo anémico. Su rostro muestra un maquillaje corrido, casi derretido.
El resto del escenario apenas puede percibirse, el ambiente es mortuorio. Un semi círculo conformado por tres sillas se disponen en el centro del escenario. Cada una de ellas lleva un objeto: El Paraguas, El Osito de Peluche, y El Palo de Golf (de izquierda a derecha desde el público). Por otra parte, El Reloj de Arena está contra en el borde del escenario, sobre la derecha del público. El payaso acelera un poco su ritmo cardíaco y su agitación enfermiza.

Payaso esquizofrénico: Buenas Noches, el Show debe continuar…(da vuelta el reloj de arena)

Se apaga la luz y vuelve la alegría sonora, hasta que en un momento esta se va lentamente convirtiendo en una canción de cuna.

ESCENA II

Prisionero: ¡Yo no fui, fue él! ¡Suéltenme! ¡Suéltenme! (continúa forcejeando) ¡qué alguien me libere! ¡por favor que alguien me libere! (se quiebra) Llego tarde por favor, que alguien me libere (cae al suelo) que alguien me libere, llego tarde... ¿Donde estoy? ¿Por qué estoy acá? Tengo sed, ¿por qué tengo que soñar esto? tengo sed, mucha sed...llego tarde (en shock)... ¡Agua! juro que yo no fui… (comienza a ensimismarse) yo no fui…

Entra la Mujer Barbuda y se coloca junto al prisionero. Este se acurruca a ella.

Mujer Barbuda (dulce): Buen día…Vamos, calma. No tienes por qué excusarte; ambos sabemos que lo nuestro ya no es lo mismo. Solo fue una mala noche
Prisionero (calmo): eh…señora, ni siquiera sé quien es. Tan solo me acabo de dormir; es claro que tuve un día ajetreado y que probablemente sufra pesadillas. Es algo que me pasa muy seguido
Mujer Barbuda: ¡y todavía te atreves a levantarme la voz! Es que no te alcanza con todo lo que me has hecho. He dedicado mi vida para que seas feliz. A veces ni siquiera te reconozco, si hasta creo que me vas a pegar, a tu propia… ¿No será que ya no me quieres?

Entra Cuento de Hadas.

Prisionero: Cálmese señora. Quizás sería conveniente que me ayude a quitarme las cadenas. Reconozco que estoy algo confundido, tal vez si me suelta y tomo un poco de agua podríamos llegar a un acuerdo…
Mujer barbuda: ¿Soltarte? ¿Qué estas queriendo decir? ¿Que yo te encadeno? Pilluelo, ahora dirás también que tú no fuiste…entonces… ¿qué hacemos con el osito? ¿lo tiramos a la basura?
Prisionero (se abalanza sobre ella y comienza a sacudirla): señora le he dicho una y mil veces que yo no la conozco, le vuelvo a repetir que tengo una pesadilla y que tengo sed y…

El coro comienza a cantar una canción alegre que de a poco va tapando los gritos del prisionero. El cuento de hadas comienza a manipular Al prisionero a su albedrío cual si fuera una marioneta. El forcejeo se convierte en un vals al compás de la sonata.

Prisionero y Cuento de hadas: Perdón, no quise hablarte así. Ya sabes, estoy confundido. No me hagas caso, si solo pudieras perdonarme.
Mujer Barbuda: Tu siempre arreglas todo tan fácil, y ¿ahora qué me vas a pedir? ¿Que te quite las cadenas otra vez? Vamos ¿qué quieres que haga?
Prisionero: Un vaso de agua, (imperativo) rápido.
Mujer Barbuda: si, enseguida cariño.

Sale Mujer Barbuda

ESCENA III

Cuento de hadas: ¡que lindo es el amor! ¿eh?
Prisionero: ¿y tu qué eres?
Cuento de hadas: No lo sé. Tú eres el que me sueña todo el día (comienzan a jugar al espejo). Pero digamos que soy un cuento de hadas, un hada madrina, un perro con rabia, un gato con botas. Supongamos que soy un espejo o no, no, mejor tú eres mi reflejo. Yo soy lo que tú quieras…o al revés, ya me entreveré, no importa… ¿qué deseas?... ¿un vaso de agua? Pues bien, yo te ayudaré…a ver… a ver…solo tienes que…matar al dragón de cien cabezas que vive en la montaña más alta del reino y comerte su verruga púrpura mientras batallas la horda de ogros cariculiandros que habitan en la caverna. Entonces podrás rescatar a la princesa, y quitarle su hechizo de mal aliento con un beso. Ella te concederá un deseo.
Prisionero: ¿y quién es la princesa?
Cuento de hadas (encarnando una princesa): ¡Yo soy la princesa! ¿Y tú quién eres?
Prisionero: No, no entiendo. ¿qué es todo esto? Yo solo deseo un vaso de agua
Cuanto de hadas: ¿un vaso de agua? Eso no es un deseo. Mejor me voy, pero me quedo, pero me voy. Un vaso de agua…jajá jajá. Eso no es un deseo, eso no es un deseo, eso no es un deseo…

El cuento de hadas sale cantando a paso de caperucita roja.


ESCENA IV

El prisionero de pie en la mitad del escenario escucha una música (siempre del coro) que lo induce a mirar hacia una de las entradas, una voz en off (probablemente del propio payaso), potente y convincente penetra la sala.

Payaso Esquizofrénico(voz en off):
Damas y caballeros, sean bienvenidos a la génesis de la alegría.
A la insurrecta diversión que nos redime el día.
Damas y caballeros, sin más preámbulos que entorpezcan
una inminente carcajada,
llega hasta ustedes... laaaaaaaa riiiiisaaaa!!!!

Entra el payaso esquizofrénico dando unos tímidos pasos hacia el frente hasta ubicarse delante del prisionero, él también lleva cadenas. Ni siquiera puede mirarlo a los ojos. Unos segundos de inacción... El payaso comienza apenas a moverse, un baile torpe y aún más tímido que los pasos. Canta una canción con la voz quebrada...Empieza a dar unas piruetas... Comienza a dinamizarse su actuar y con la risa forzada intenta presumir carcajadas que por lo patético de lo anterior jamás dejan de sonar al ruido de un sacrificio ritual...el prisionero simplemente lo observa sin dar crédito a lo que sucede... unos segundos más y se detiene para conocer la reacción de su público. El prisionero nada. El payaso se pone aún más nervioso y retoma su acto; pocos diferenciaran sus carcajadas de un llanto...hasta que se vuelve ostensiblemente esto último. Se tira al piso, está aterrado, mira hacia todos lados sin saber qué pasos dar. El coro desde el fondo y suavecito ambientan con una no muy lucida melodía circense. El payaso toma un palo de golf que había recostado a una silla, se recuesta contra el suelo y alienta al prisionero a que lo golpeé con este. El prisionero demora en reaccionar y antes de que se decida por algo suenan unas voces que se aproximan, el payaso se espanta y dispara, se pierde antes de que entren los personajes.


ESCENA V


Entra El Mafioso del Peluche y coloca un osito en una silla. Simultáneamente aparece opuesta a estos la Burocratólica que ya se acomoda atendiendo una larga fila (el coro)

Mafioso del peluche: ¡Veamos, es así de sencillo muchacho! Tienes todo para cautivarlos, piel natural, relleno anatómico, ojos de rubí… ¿cómo? ¿Color rubí? No muchacho, son rubíes de verdad…tú eres nada más y nada menos que… ¡¡¡nuestra partida de colección!!! ¿Y ahora qué hacemos? ¿Quieres que te cuente verdad? Mira, lanzamos la campaña de promoción ¡Impactante! Sobredosis de spots publicitarios (canta) “ el osito blanco…el amigo de los niñoooos” No, mejor así: “Los niños que no tienen osito blanco…terminan con acné y sobrepeso!!!” Si, así es. Arreglamos con la juguetería, tu sabes, un par de descuentos ¿y obtenemos qué? ¡El mejor lugar de la vidriera!!! Bieeeeeen abajo, a la altura de la inocente mirada de los mocosos. Entonces comienza tu tarea, para lo que te entrenamos todo este tiempo: Cabeza levantada, bracitos abiertos y… mírate si hasta eres asexuado!!! ¿Qué más se puede pedir? Los ves venir, es un niño con su madre, se detendrá justo enfrente de ti. Te ve, y tu con la mirada perdida en el horizonte. Indiferencia, eres un osito blanco, recuerda, nada de altanería. Pero imaginarás que no es fácil, supón que desvía la mirada… ¡Oh no! A tu lado está el zorro con caballo incluido. ¡¡Patéalo!! No te dejes vencer por ese Ken recauchutado. Vamos si hasta tú eres mucho más varonil, por favor. ¿Lo ves? ¡Volvió a mirarte! Mmm…eres muy seductor, esa pelambre suavecita, 100 % peluche, made in Taiwán. Lo está haciendo, tira de la manga de la madre. ¡Lo tienes!, ¡Lo tienes! Y lanza el adorable cántico: “Mamá, mamá, me compras el oso ese” (el coro canta el aleluya). ¡Tú tienes el poder! Debes tener cuidado, ellas cínicas arpías, siempre con su “Mami no tiene plata ahora”, o “Mamí tiene que ahorrar para comprarse un par de tetas”. Pero que no cunda el pánico, no se desanimen. Irremediablemente hoy es tu día muchacho. Descuida, siempre hay un plan B, siempre hay un plan B…

Entra el cuento de hadas como Rey Mago y comienza a leer una carta

Cuento de Hadas: (en este momento es un rey mago) Queridos reyes magos: Melchor, Gaspar…y negro Baltasar. Yo me porté bien todo este año…bah casi; yo no sabía que el hámster no se podía apretar. Igual mamá me perdonó porque limpié todo, bah…casi; es que la sangre me da un poco de miedo y después sueño y ustedes saben…
Quisiera pedirles dos pasajes a Disney. Yo me conformaría con uno, pero mamá dice que no puedo ir solo.
También me gustaría una bicicleta montaña como las que tienen mis amigos, pero de otro color…para diferenciar.
O también me gustaría la pista de autos que sale en la tele, la de autos, no la del tren.
Si no pueden por favor no me traigan una pelota, no importa el color ¡No traigan la pelota! Prefiero el muñeco del Zorro con el caballo que vi en la juguetería o por lo menos el Osito Blanco.
Yo le voy a dejar agua y pasto para los camellos y esos habanos que papá dice que a ustedes le gustan tanto.
Los quiero
PD: Baltasar…¡¡¡Nada de tambores!!!

El coro entona el aleluya


ESCENA VI


El prisionero intenta pedir ayuda a la burocratólica para resolver su situación, se pone en la cola y es atendido a su turno.

Burocratólica: (tiene un paraguas como si lloviera) ¡¡El que sigue!!
Prisionero: Permiso…
Burocratólica: Para pedir permiso debe sacar número y lo atenderán en el escritorio a sus efectos…
Prisionero: No, no me entendió, lo que intentaba era ser amable, por eso fue que antes de entrar pedí permiso.
Burocratólica: Caballero, los permisos para utilizar la patente de amable se gestionan martes y jueves de 13:00 a 13:30, en la oficina de patentes y permisos, por favor no me haga perder el tiempo (da vuelta el reloj de arena) ¡¡¡El que sigue!!!
(el prisionero vuelve a hacer cola y espera nuevamente su turno)
Prisionero: Buen día
Burocratólica: (mira al cielo con desconfianza y cierra el paraguas) No serán tan buenos, si, ¿qué precisaba?
Prisionero: Bueno necesitaría tramitar un par de cosas, nada de gravedad, pero necesito que me asesore.
Burocratólica: Ciertamente la gravedad excede nuestra capacidad ejecutora…¿a qué se refiere entonces?
Prisionero: En primer lugar necesitaría despertar, volver, salir de esta fantasía
Burocratólica: ¿Fantasía? ¿Trajo todos los papeles? ¿formulario 125, constancia de nacimiento, obra social, la jura de la bandera, certificado notarial contable, constancia de aptitud, formulario 002,, currículum vitae, esperma de pitufo viejo? (la mujer abre el paraguas)
Prisionero: ¿cómo? No, no, ¿esperma de pitufo viejo? No tengo eso.
Burocratólica: Caballero el cartel de la puerta dice bien clarito “ No importa la gravedad del trámite, indispensable traer esperma de pitufo viejo”…disculpe pero me va a tener que entender (usa un tono amable como apoyando al prisionero, enseguida vuelve a su postura) ¡¡¡El que sigue!!!
Prisionero: Espere espere, entonces pasemos al otro trámite que le pedí
Burocratólica: Se atiende una solicitud por vez caballero, agradecería no me vuelva a hacer perder el tiempo (gira el reloj de arena)¡¡¡el que sigue!!!
(el prisionero regresa a la cola hasta volver a ser atendido)
Burocratólica: Si…dígame
Prisionero: Buenas tardes (la mujer vuelve a verificar el tiempo y a cerrar el paraguas)
Aquí traigo toda la documentación si es posible quisiera…
Burocratólica: usted dirá…
Prisionero: un vaso de agua
Burocratólica: (abre el paraguas)¿trámite urgente o común?
Prisionero: ¿Cuál es la diferencia?
Burocratólica: Ninguna
Prisionero: Urgente entonces
Burocratólica: Común, lamento informarle que por problemas ajenos a esta institución estamos por el momento sin la posibilidad de cumplir con su solicitud, tomamos conocimiento y derivaremos a la dirección que corresponda. Y sugerimos tramitar un permiso para tirarse al precipicio.
Prisionero: No entiendo, ¿para qué quisiera un permiso para tirarme al precipicio?
Burocratólica: Caballero esta no es la oficina de consultas, pero accederé a responder así deja de hacerme perder el tiempo. En el fondo del precipicio hay agua…esa es la solución que le puedo dar.
Prisionero: Bueno…si es lo que puede hacer, démelo
Burocratólica: Haga la cola para permisos especiales para lanzarse al precipicio.
Prisionero: Pero señora otra vez…
Burocratólica: La cola…¿o usted pretende hacerme perder todo el día?
(entra el cuento de hadas a auxiliar al prisionero)
Cuento de Hadas: Bueno, bueno bueno, creo que es hora de terminar con esta incoherencia, esta patraña, esta…esta barrabasada señora. Que el individuo lo que quiere finalmente es tan solo un vaso de agua y usted lo tiene de aquí para allá conque no sé que y no sé cuanto…
Burocratólica: Si me hace el favor y se dirige al mostrador de quejas y reclamos.
Cuento de Hadas: ¿Cómo que mostrador de quejas y reclamos, usted sabe con quien está hablando?
Burocratólica: ¿Señor usted sabe con quien está hablando?...le pido por favor que no me haga perder más tiempo (golpea el reloj de arena contra la mesa)
Cuento de Hadas: (en una posición muy solemne, parece inmenso, el coro aporta el clímax necesario) YO SOY DIOS. TODO PODEROSO!!!!!
Burocratólica: Señor Dios Todo Poderoso, le recuerdo que en esta institución no hay apellido compuesto que valga. O se comporta como un ser racional y civilizado, o lo voy a tener que hacer sacar del recinto. Hecha las explicaciones del caso le recomiendo que haga la cola y espere su turno que a la brevedad será atendido…

Dios vuelve a la cola…pierde toda inmensidad, se hunde


ESCENA VII

Entra mujer barbuda

Mafioso del peluche: buen día “matmuasel”, dichosos mis ojos que la vuelven a ver. ¿Qué la trae de nuevo por acá? Mmm..¿quizás venga por papá oso?
Mujer Barbuda: No se haga el bobalicón, soy una mujer de familia y ante todo una madre insatisfecha que viene a reclamar que la porquería de oso que me vendió no sirve para un demonio. “El osito blanco, el amigo de los niños” ¡qué amigo! Dígame usted, una noche, una sola noche que pretendo salir y dejar al mocoso en la compañía de “porquería de oso” y este no es capaz de cubrir un simple vacío afectivo.
Mafioso del peluche: Señora, el paquete envoltorio claramente y con una llamativa letra Times New Roman tamaño de carácter 6, advierte “Osito Blanco S. A. Deja constancia de que nuestra empresa no se responsabiliza en caso de: asfixia por atragantamiento, obstrucción intestinal o incontinencias urinarias producto de traumas psicológicos no resueltos, etc.
Mujer barbuda: ¿Usted pretende darme a mi una cátedra sobre responsabilidades maternas? ¿eso es lo que insinúa con la advertencia esa? Yo le voy a enseñar como se ejerce la responsabilidad materna. (Lo acuesta en su falda y comienza a darle palmadas) Repita conmigo: No debo enseñarle a una madre a ser madre.
Si debo fabricar un osito blanco que actúe como osito blanco y distraiga a la criatura.
Debo atender todas las solicitudes de las madres insatisfechas. (El reto y las palmadas que al principio fueron un castigo, paulatinamente se convierten en un acto de connotaciones sexuales con su consecuente orgasmo)
Las madres no solo somos vacas lecheras.
Las madres también desean.
Las madres también desean.
Solo hay una manera de ser madre.
Solo hay una manera de ser madre.

Al finalizar ambos personajes se encuentran exhaustos.
Al cabo de unos momentos el Mafioso del peluche se viste y se va.

CANCIÓN DEL CUENTO DE HADAS SOBRE LOS “CUENTOS DE HADAS”


ESCENA VII y medio

Entra el payaso con el equipo de golf (palo, pelotas y banderita). Busca donde clavar la banderita hasta que se encuentra con el precipicio y decide que el precipicio será el hoyo. La coloca y comienza a jugar muy seriamente, como si realmente embocar la pelotita fuera del escenario demandara sacrificio.
Aparece el prisionero decidido a tirarse al precipicio.

Payaso esquizofrénico: ¡Ey! Señor ¿qué está haciendo?
Prisionero: Voy a tirarme al precipicio.
Payaso esquizofrénico: Pero no puede tirarse, ¿cómo se va a tirar?
Prisionero: ¿y por qué no?
Payaso esquizofrénico: Porque es mi hoyo y estoy jugando
Prisionero: Pero saqué este permiso para tirarme al precipicio en busca de agua, tengo mucha sed ¿sabe?
Payaso esquizofrénico: A mí me arde la cara (mira el foco) ¿y qué? Venga, juguemos un poco que tirarse al precipicio no es una buena manera de culminar el día. Ya va a ver como se le pasa. (Empieza a hablar como conductor de ESPN) Y aquí estamos en el campeonato mundial de golf, con el prisionero a punto de lanzar la bola. Estudia la situación, debe ser un tiro muy certero, se prepara mentalmente, se lo ve muy concentrado. (hasta el momento el prisionero ni siquiera se había movido, pero al final accede y emboca la pelotita en el precipicio). Ahora si, dispara, y ¡entra la bola! Si señores, es increíble. Fantástico, sencillamente estupendo. Hace años que no presenciábamos un disparo de tamañas características. Increíble repito. Ahora…¡ve a buscar la bola!


ESCENA VIII

Mafioso del peluche (a la Burocratòlica): lo primero que quiero advertirle señora, es que después de que colabore con nosotros y nos brinde su sabio testimonio, usted olvidará este momento para siempre, ¿entendió?
Burocratólica: entiendo, entiendo. (Se encuentra sentada colocándose sellos por todo el cuerpo)
Mafioso del peluche: Muy bien, nosotros no queremos hacerle daño pero... si se niega a colaborar no nos quedará otra opción que... (El payaso toma el oso y lo lanza de un palazo –de golf- a la tribuna) ¿Sabe lo que tenemos aquí para jugar?...agua... (La burocratólica abre el paraguas) y sabemos que a usted no le gusta el agua, así que ahora le mostraré una fotografía y usted me dirá si alguna vez vio a algunos de estos individuos.
Burocratólica: Al blanquito de peluche me pareció verlo volar hace unos minutos.
Mafioso del peluche: ¡ualá! Veo que tiene una gran memoria, ahora, que me puede decir de su acompañante
Burocratólica: es un niño.
Mafioso del peluche: era un niño. Ahora es todo un hombre y sabemos que pasó por su oficina ciertamente hace poco tiempo
Burocratólica: bueno, ciertamente pasan muchas personas por mi despacho y usted sabe que la gente cuando crece cambia. Usted entenderá que se me hace difícil...
Mafioso del peluche: a ver a ver... le ayudaremos a recordar. Nos tomamos el atrevimiento, usted entenderá, de retirar de su oficina un reloj de arena... usted sabe cosas técnicas... no podemos dejar que ningún detalle se nos escape... muy bien, muy bien... ¿sabe también lo que le pasa a un reloj de arena cuando le entra... agua? (el mafioso no la deja agarrar el paraguas) Creo que la señora está a punto de colaborar. (baila con el paraguas).
Burocratólica: ehh no puedo asegurarle nada, pero hace poco atendí a un individuo oriental, casado, de 35 años, de profesión docente, con un nivel socioeconómico medio, que se mantiene al día con sus impuestos, aunque tiene el carné de salud vencido y un par de infracciones de tránsito. Juró la bandera aunque presumiblemente sin mover los labios, participó en todas las instancias electorales que le correspondieron, y se puede decir que a pesar de haber sido militante en su juventud se considera actualmente apolítico. En conclusión podemos clasificarlo dentro de la categoría de ciudadanos mediocres, insulsos, un hombre tipo. Salvo por esa deficiencia...
Mafioso del peluche: ¿deficiencia?
Burocratólica: usted sabe... el pequeño problema...
Mafioso del peluche: ¿problema?
Burocratólica: si, la falta de control sobre su esfínter, el individuo se orina, no lo puede controlar desde aquella noche en que se quedó solo.
Mafioso del peluche: ¡ajá!

Se arma el escenario del juicio.


ESCENA IX

Semicírculo con las sillas homologando un tribunal donde el prisionero es el acusado, los jueces (mujer barbuda, mafioso del peluche y cuento de hadas) se ubican en las sillas, la burocratólica oficia de taquígrafa. El payaso con capucha de verdugo que no logra esconder su condición circense se encuentra junto al prisionero.

Mafioso del peluche: ¿así que lo traicionó? ¿A su amigo? ¿A su único amigo? ¿Acaso no sabe usted que un amigo es una luz brillando en la oscuridad? ¿que si hay algo que esconder o hay algo que decir, siempre será un amigo el primero en saber?
Mujer barbuda: ¿eso fue lo que te enseñaron en tu casa?
Cuento de hadas: ¿o acaso allí te golpeaban?
Mafioso del peluche: ¿o no sería que era él el que golpeaba al resto?
Mujer barbuda: mmm... eso no le enseñaron en la casa
Cuento de hadas: de algún lado lo tiene que haber aprendido
Mafioso del peluche: ¿estuvo tomando lecciones en otros lados?
Mujer barbuda: eso no podría confesarlo, jamás lo dejarían volver a la casa
Cuento de hadas: entonces deberíamos llamar un testigo
Mafioso del peluche: Verdugo, haga pasar al testigo... ¡Verdugo!

El payaso hace reverencia exagerada de presentación, se saca la capucha, da la vuelta y aparece con gesto triunfal de testigo. Luego...

Payaso (llorando): pi pi pi pi pipipi priri pii pi pi priri

Empieza a recrear la actuación a través de gestos y llanto explicando que en una función él hizo pruebas y el prisionero de niño no se rió de él.

Burocratólica: ¿Cómo debo interpretar eso mi señoría?
Mafioso del peluche: Anote que al prisionero no le causa gracia el payaso
Mujer barbuda y Cuento de hadas (asombrados): ¡No! (plausible grito satánico del coro)
Mafioso del peluche: Anote que solo se reía de él cuando iba con su abuelo porque sabía que este cuanto más reía más golosinas le regalaba. Por otro lado solo iba a visitarlo porque siempre procuraban cocinarle su postre favorito...Isla flotante.
Cuento de hadas: Anote que en su infancia no hizo más que renegar de sus angelitos de la guarda, del ejército de peluches que cual muro de algodón lo guarecían de un afuera desconocido y peligroso.
Mujer Barbuda: Que su ingratitud, y su egoísmo eran como mordiscos feroces en el pecho de su vaca lechera.
Cuento de hadas: Que de vez en cuando prefería antes que príncipe azul ser Blanca nieves.
Mujer Barbuda: Que cruelmente asesinó a su hámster
Cuento de hadas: El que tanto lo quería
Mafioso del peluche. Claro que eso era antes
Cuento de hadas: ...cuando lo querían
Prisionero: ¡Bastaaa!
Todos (menos el prisionero): ¡Bastaaaa!

La Burocratólica da vuelta el reloj de arena

Silencio

Prisionero (llorando): esta bien...esta bien...confieso. Traicioné a mi osito...yo no quería...pero tenia miedo...Papá y mamá habían salido esa noche, estaba lloviendo. Llovía mucho, truenos y relámpagos calcaban en la pared figuras de monstruos horribles que venían por mí. Yo estaba solo, mejor dicho, estaba con Yogui. Él me protegía, pero los monstruos eran muchos, infinitos, me golpeaban la ventana con el viento, intentaban abrir la puerta, colarse por las persianas y la cerradura. Necesitaba esconderme y esconderlo, no lo pensé mucho, nos metimos debajo de la cama. (aumenta su llanto y desesperación). Es inconcebible lo tenebroso que resulta estar debajo de una cama, es un mundo horripilante, el reloj te avisa todo el tiempo que vienen por vos(simulando el tic-tac de un reloj) “...cuidado, cuidado, cuidado...”, el títere que alguna vez se perdió por ahí te mira fijo con una risa perversa. Él esta quieto... (llora más) pero su sombra... Su sombra viene a atacarte como reprochando que lo hayas olvidado en el peor lugar del mundo. Empecé a asfixiarme, la pared era como una puerta de la cual salían criaturas de todas las especies, bichos con escamas, uñas largas, dientes filosos...No podía controlarme y por primera vez desde que era un bebé, volví a orinarme encima. Llegaron y me vieron...yo no fui...yo no fui mamá...te juro que yo no fui...
Mujer barbuda: ¿mirá querido? ¿El nene se hizo pis encima? (agrava la voz, ahora es el padre) ¡No puedo creerlo! (vuelve a ser la madre) ¡en serio querido! Aunque no lo creas, se ve que no es tan hombre como pensábamos (voz grave) ¡No puedo, ni quiero creerlo!
Prisionero: no yo no fui...juro que yo no fui... fue Yogui...fue Yogui
Mujer barbuda: (voz grave) como va a mear el oso de mierda ese (vos aguda) ¿cómo que fue el osito? Entonces hay que castigarlo
Prisionero: si mamá...yo no fui... yo no fui...fue el oso de mierda...mamá fue el oso...
Mujer Barbuda: ¿entonces qué hacemos con el osito? ¿lo tiramos a la basura? Vamos a tirarlo a la basura
Prisionero: yo solo tengo sed…perdón, no quise hacerlo. Todo fue muy rápido.
Mafioso del peluche: mmm...arrepentimiento... es un primer paso
Mujer Barbuda: es un gran primer paso
Cuento de hadas. Es el primer párrafo de una hermosa moraleja
Burocratólica: disculpen, pero la ley no me lo ampara.
Mafioso del peluche. Pero si está todo muy claro...ya está todo resuelto...vaya puede abrazar a su oso...

Reencuentro, con coreografía, expresión corporal, coro, etc.; luego del reencuentro...

Burocratólica: esteeemm... ¿no se han dado cuenta? El tiempo terminó antes del parlamento testificado por el individuo. Por lo tanto lamentamos certificar la invalidez total de los argumentos esgrimidos por el sospechoso. Legalmente estamos en presencia de un acto abnegado y explicito de desamor, no estamos tratando con banalidades, y la reglamentación vigente, es clara y concisa respecto a como se debe obrar en caso de una agresión a la normativa como la aquí expuesta. ¡Por favor señores! No me pongan esas caras, hace 40 minutos que votamos este reglamento, no intentaran hacer una excepción con...
Payaso esquizofrénico: Señores, procederemos a leer la sentencia. Montevideo, 19 del pluvioso de 2007. Visto la cantidad inagotable de fuentes que versan respecto a la culpabilidad del aquí presente. Tomando en cuenta las particularidades del caso y el vértigo con que los sucesos se desarrollan lo cual nos obliga a tomar una determinación tan solo 25 años después del ocurrido hecho, más sin temor a equivocarnos, esta corte en uso de su gonorreico juicio se expide de tal manera que declara al indagado como culpable
Todos de a uno: ¡culpable!
Payaso esquizofrénico: siendo su inexpugnable pena la de saltar al precipicio...sin mora.
Mafioso del peluche: ¡Ajá!


ESCENA X

Payaso esquizofrénico: Estamos aquí reunidos en esta humilde ceremonia para computar la pena por medio de la cual se hará justicia. En fin, no es un momento grato pero alguien debe vivirlo. Por lo apretado de la agenda no podremos extendernos demasiado, sabido es que después de esto tenemos un bautismo, así que si alguien tiene alguna frase a modo de cierre…
Cuento de hadas: Había una vez una triste triste codorniz que…
Burocratólica: por favor, no tenemos tiempo. Si es posible pasemos directo a la moraleja.
Cuento de hadas: Ah pero ¿ya estamos terminando?
Mujer Barbuda: … y fueron felices por siempre
Cuento de hadas: No
Mafioso del peluche: ¿el crimen nunca paga?
Cuento de hadas: ¡No!
Burocratólica: ¿elévese a la dirección correspondiente para su consideración?
Cuento de hadas: precisamente ¡NO!
Payaso esquizofrénico: El Show debe continuar
Cuento de hadas: y había una vez
Payaso esquizofrénico: terminadas las palabras, le pedimos a la banda que comience la tonada de la despedida (el coro empieza a cantar), a las luces que se vuelvan un poco más tímidas, que cada uno se coloque en sus posiciones para que todo esté en condiciones para que el prisionero cumpla su condena

El prisionero aparece en el otro extremo del escenario dormido y abrazado a sus “cadenas”. El coro canta a muy alto volumen

Payaso esquizofrénico: (da vuelta el reloj) Buenas noches


Argot